Cientos de especies silvestres se ven amenazadas hoy en Cuba por la proliferación en el país de las competencias de aves cantoras, una tradición que además se ha convertido en negocio ante la severa crisis que encara la población.
La revista National Geographic publicó este viernes un reporte alertando sobre el peligro que corren especímenes como los azulillos pintados, azulejos índigo, entre otros, al someterse a la caza.
“Es septiembre, la temporada migratoria de las aves en Cuba, y la reciente afluencia de especies canoras codiciadas ha disparado una oleada de trampeo y venta ilegales. Azulillos pintados, azulejos índigo y picogruesos pechirrosa, un alboroto colectivo de color y canto, tienen una gran demanda. Los domingos son famosos por las competencias de canto para aves”, describe el material investigativo.
Estas competiciones suceden a pesar de que una ley cubana de 2011 sobre diversidad biológica prohíbe capturar aves canoras a menos que el objetivo sea la investigación científica. Las competencias para aves con apuestas sobre qué ave canta por más tiempo o de manera más melodiosa también son ilegales, señala el reportaje.
Sin embargo, la autora asegura que en redes sociales “la gente comparte sin reparo imágenes de los concursos”, mientras que algunas publicaciones de Facebook ofrecen ejemplares a la venta, indicándose de manera explícita aquellas que se obtuvieron a través de la caza. Los confinamientos por la pandemia del coronavirus, impulsaron más el comercio ilegal en línea, declaró una ornitóloga y conservadora de aves del Museo Nacional de Historia Natural de Cuba, en La Habana.
En Facebook, algunas aves se anuncian por no más de 20 dólares. Sin embargo, las apuestas en las competencias varían mucho y llegan hasta miles de dólares. Ante este escenario, los especialistas expresaron su preocupación por la presencia notablemente reducida de especímenes en sus condiciones naturales.
La afición por colocar aves canoras para disfrutar de sus trinos se remonta a los conquistadores españoles y se ha vuelto cada vez más común, comentó el biólogo Giraldo Alayón García, antiguo presidente de la Sociedad Cubana de Zoología y actual titular de la Fundación Ariguanabo.
Alayón comentó que especies como el tomeguín del pinar ahora están en peligro “a causa de las actividades de captura”. Los azulillos pintados, que migran por temporadas entre el sureste de Estados Unidos y el Caribe, también están amenazados. Los números se han desplomado en décadas recientes además a consecuencia de la pérdida de hábitat y el comercio ilegal en Cuba y otros lugares, señalan los censos periódicos de North American Birds.
Las investigaciones revelaron que los azulillos que migran a territorios de Cuba para pasar el invierno tienen 20 % menos probabilidades de regresar que aquellos que realizan viajes más cortos. Clarck Rushing, profesor de la Universidad de Georgia, declara que el vuelo largo sobre aguas abiertas puede explicar algunas pérdidas, pero el trampeo también puede ser un factor a considerar en las estadísticas. Una práctica común entre adolescentes es competir para ver quién captura más aves y gana más dinero por ello.
Algunos realizan actos de mayor crueldad como darles esteroides a las aves para estimular sus actuaciones y también cauterizan los ojos de los competidores con una cuchara caliente esperando que las aves territoriales, al quedar incapacitadas de ver a su oponente, sigan cantando. “Lo más difícil del mundo en Cuba es hacer cambiar el parecer de la gente”, aseguró Alayón.
El gobierno cubano publicó en abril de 2021
el Decreto Ley No. 31 sobre el Bienestar Animal
, respondiendo así a presiones mantenidas de la sociedad civil para implementar herramientas legales en tal sentido. Su Capítulo XI define como contravención el acto de “someter a maltratos de cualquier naturaleza u otros actos que pongan en peligro la salud y el bienestar de los animales”. También “inducir al enfrentamiento entre animales de cualquier especie”.