Alina Arcos Fdez-Britto doctora y activista cubana, conocida por su postura crítica hacia el sistema educativo y social en Cuba, especialmente cuando este actúa en contra de los derechos y libertades de los estudiantes.
Aunque su figura no es ampliamente reconocida por los medios oficiales, ha ganado notoriedad entre académicos y sectores disidentes por sus intervenciones valientes, honestas y profundamente éticas.
Su nombre ha circulado con fuerza en los últimos tiempos a raíz de una declaración contundente y emocional en defensa de los estudiantes universitarios que han alzado su voz contra la represión, la manipulación y el uso sistemático del miedo en los espacios educativos.
En el texto que se le atribuye, Alina Arcos no escatima palabras, cuestiona duramente a aquellos que, ostentando títulos como "maestros", "profesores" o "educadores", permiten que sus alumnos sean acosados, interrogados o sancionados por ejercer su derecho a la expresión, al disenso o a la protesta.
Según sus palabras, no basta con no participar activamente en la represión: "en este caso, abstenerse de oponerse no los exime de culpa". Su crítica se dirige tanto al colaborador abierto como al indiferente silencioso.
La carga moral del texto es intensa y su tono va más allá de una crítica política: es una interpelación ética. Arcos acusa a muchos docentes de traicionar la esencia misma de su vocación educativa al no defender a sus estudiantes cuando más lo necesitan. "Esos, que le han dado la espalda a sus discípulos, traicionando su razón de ser y su confianza y que no merecen el enorme privilegio de formarlos, TIENEN MI MÁS ABSOLUTO DESPRECIO."
Estas palabras resuenan como una sentencia, no solo para un grupo específico de personas, sino para una cultura entera de simulación, miedo y cobardía institucionalizada.
En contraposición, rinde homenaje a los estudiantes que “despertaron” y que, aún sin protección ni respaldo, decidieron hablar.
A ellos les dedica su agradecimiento, su respeto y una poderosa confesión colectiva: "SEGUIMOS EN DEUDA CON USTEDES." Con esta frase final, no solo reconoce el valor de quienes se han rebelado, sino que señala la omisión generalizada de aquellos que, como sociedad, han permitido que el miedo suplante la solidaridad.
El texto de Alina Arcos Fdez-Britto es, en esencia un grito incómodo, pero necesario. Una acusación ética a quienes callan cuando deben hablar. Y un llamado a recuperar la dignidad perdida.
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