El Observatorio de Libertad Académica (OLA) denunció la participación de Lis Cuesta Peraza en foros científicos de alto nivel en Cuba, argumentando que su presencia no se justifica con una experticia profesional probada, sino que responde al tráfico de influencias y al culto a la personalidad en la academia cubana. Cuesta, esposa del gobernante cubano Miguel Díaz-Canel, ha sido objeto de críticas tras su intervención en el I Simposio de Deporte, Medio Ambiente y Sociedad, celebrado en Varadero.
El evento, auspiciado por el Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (INDER), pretendía promover la inclusión en la actividad física y los deportes, así como el desarrollo humano en un ambiente saludable. Sin embargo, la atención se centró en la ponencia de Cuesta Peraza, titulada "La inclusión social, un principio de la exportación de los servicios académicos desde Cuba". La conferencia abordó temas como la globalización y los retos que enfrenta el deporte cubano, basándose en su tesis doctoral, que ha sido objeto de cuestionamientos... y es que ha habido irregularidades en la trayectoria académica de Cuesta.
La tesis doctoral de "la Machi", defendida en 2023, ha suscitado dudas sobre el rigor y la transparencia del proceso que le otorgó el grado científico. Cuesta presentó su trabajo en coautoría con Silvia Navarro Quintero, una especialista del Instituto Central de Ciencias Pedagógicas, y según diversos académicos, su investigación carece del respaldo científico necesario, ya que solo cuenta con unos pocos artículos publicados, la mayoría firmados en conjunto.
Además, no hay evidencia de que Lis Cuesta cumpla con el requisito del dominio del idioma inglés, un estándar internacional para obtener un doctorado en Cuba. El académico exiliado José Raúl Gallego denunció que este caso es un reflejo de la degradación de los estándares académicos en el país. Según Gallego, la obtención de grados científicos se ha convertido en un proceso facilitado para cumplir con cuotas de acreditación, en lugar de un reconocimiento al mérito y la investigación rigurosa.
Esta tendencia se ha manifestado especialmente en los doctorados en Pedagogía, que han sido criticados por ser "producción en serie" para satisfacer las demandas institucionales de personal con títulos avanzados. La conexión entre academia y política en Cuba es evidente. La participación de figuras políticas en la academia cubana ha sido una práctica recurrente, lo que socava la legitimidad de los grados científicos otorgados. El propio Díaz-Canel se benefició de un proceso similar cuando fue ministro de Educación Superior sin una trayectoria académica destacada.
La defensa de la tesis de Cuesta Peraza, celebrada poco después de la de su esposo, refuerza la percepción de que estos títulos se otorgan para legitimar políticamente a los altos funcionarios en lugar de reconocer sus méritos académicos. La presencia de Cuesta Peraza en foros académicos de relevancia y su participación en eventos internacionales representan un peligro, según Gallego, ya que proyecta una imagen de "legitimación" que no se corresponde con sus competencias reales.
Aunque su título de doctora en Ciencias Pedagógicas ha sido defendido por algunos altos cargos del régimen, la comunidad académica ha expresado abiertamente sus dudas sobre la validez de sus méritos. La producción en masa de grados académicos no es más que una estrategia gubernamental muy criticada por los que verdaderamente se han ganado esos méritos.
Clara Lucía Vilasánchez, en su tesis de maestría sobre la exportación de servicios académicos, identificó varias amenazas al modelo actual, como la fuga de talentos y la competencia de instituciones internacionales con mayor prestigio. El gobierno ha priorizado la comercialización de estos servicios, lo que ha llevado a un descenso en la calidad y el prestigio de la Educación Superior en el país.
Entre los reconocimientos polémicos y discursos alineados con el gobierno se halla el título recibido por Lis Cuesta: "Mujer de Ciencias" del Consejo Mundial de Académicos e Investigadores Universitarios (COMAU), en un evento donde aprovechó para resaltar la lucha contra el machismo en Cuba.
Sin embargo, el Programa Nacional para el Adelanto de las Mujeres, que lidera la Federación de Mujeres Cubanas, ha sido señalado por su ineficacia en la lucha contra la violencia de género y por silenciar los casos más graves. El Observatorio de Libertad Académica sostiene que la inserción de Cuesta Peraza en la academia cubana responde a una estrategia gubernamental para crear una fachada científica que refuerce la imagen del régimen, a pesar de sus numerosos errores comunicacionales y su falta de un interés genuino por la investigación.
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