La ganadería en Sancti Spíritus atraviesa una crisis profunda, con más de 10 000 ilegalidades detectadas. En solo un año, la masa ganadera ha disminuido en 16,645 cabezas, según reporte del periódico oficialista Escambray, reflejando un escenario marcado por el hurto y sacrificio ilegal, la desnutrición extrema del ganado y la manipulación de registros para ocultar nacimientos y comercializar carne clandestinamente.
El panorama es alarmante. La mortalidad bovina alcanzó un índice de 7.5 en 2024, superando ampliamente el límite "aceptable" de 4. Este incremento del 2.3 en comparación con el año anterior expone la precariedad en la alimentación y el manejo del ganado. Según autoridades del sector, la principal causa de muerte es la desnutrición, una realidad que evidencia abandono y falta de recursos para sostener la producción.
A esta situación se suma un fenómeno recurrente: la no declaración de nacimientos. Muchos productores evitan registrar nuevas crías para poder venderlas o consumirlas sin control estatal. Esta práctica, unida a la falta de registros y la complicidad de veterinarios y funcionarios corruptos, permite que el mercado negro de carne de res siga en auge.
El hurto y sacrificio ilegal también han ido en aumento. Municipios como Trinidad y Sancti Spíritus lideran la lista de pérdidas, con más de 7,400 cabezas desaparecidas en conjunto. En muchos casos, los animales son reportados como muertos por "causas naturales", con certificados de defunción emitidos fraudulentamente para encubrir el destino real de la carne.
Las inspecciones han detectado prácticas irregulares que comprometen aún más la ganadería espirituana. Se han encontrado veterinarios emitiendo certificados de muerte en diferentes localidades el mismo día y productores que declaran fallecimientos ficticios para encubrir la venta clandestina de carne. A pesar de estas evidencias, las sanciones impuestas suelen ser multas insignificantes que no frenan el negocio ilícito.
El deterioro de la ganadería no es un problema nuevo, pero el ritmo acelerado de la pérdida de animales y el descontrol administrativo indican que la situación está fuera de control. Si las autoridades no implementan medidas efectivas y sistemáticas para frenar esta crisis, la ganadería en Sancti Spíritus continuará su camino hacia el colapso.
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