El Comité Olímpico Internacional (COI) condecoró el viernes con la Medalla de Oro de ese organismo al gobernante cubano Miguel Díaz-Canel.
La presea le fue entregada por el presidente del COI, Thomas Bach, realizó una visita de trabajo a La Habana acompañado de altos directivos del deporte internacional. De acuerdo con medios oficialistas, se trató de un reconocimiento al gobernante por “su respaldo al movimiento olímpico internacional”.
Díaz-Canel se reunió con Bach en la segunda y última jornada de la visita. Durante el intercambio, Bach calificó su visita a la isla como “intensa, pero perfecta”, dijo la Presidencia de Cuba en su cuenta de Twitter.
El gobernante comentó a Bach que “el deporte puede tender muchos puentes”. Ante medios internacionales, el presidente del COI destacó que el viaje a Cuba le sirvió para “aprender de sus preparaciones para los Juegos Olímpicos de París 2024 y Los Ángeles 2028”, recoge la agencia EFE.
“Los cubanos pueden estar muy orgullosos de sus grandes éxitos” en cuanto a medallas olímpicas, dijo Bach, quien asistió a la inauguración de un tabloncillo multipropósito en el Coliseo de la Ciudad Deportiva y de una pista sintética instalada en el Estadio Panamericano de La Habana, entre otras actividades.
A pesar de la aguda crisis en la isla, el régimen comunista cubano pretende celebrar más de 200 eventos deportivos en el transcurso del año, los cuales reunirían a más de 50 mil participantes. Sobre La Habana recaerá la mayor responsabilidad de los eventos programados. La capital incluso tendrá que asumir competencias habitualmente organizadas en otras provincias, señaló un funcionario del Inder.
En días recientes, la prensa oficialista informó de reparaciones del Estadio Panamericano de La Habana, un complejo deportivo inaugurado en el este de la capital por órdenes de Fidel Castro en 1991, pero con signos visibles de abandono desde hace años.
A la par de las labores de renovación, se concluye la primera fase de construcción de ocho habitaciones de un hotelito situado en el mismo recinto, “para beneficio de las principales figuras del equipo nacional de atletismo”.
El estadio fue inaugurado para acoger los XI Juegos Panamericanos de La Habana, en el contexto del derrumbe de la URSS y la consecuente crisis económicas de la isla a la que Castro denominaría “Periodo Especial”.
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