El gobierno de Nicolás Maduro confirmó que dos aviones de la aerolínea estatal Conviasa están en camino a Venezuela con migrantes deportados desde Estados Unidos. La información fue difundida a través de un comunicado del Ministerio de Comunicación e Información, que también señaló que entre los repatriados hay personas presuntamente vinculadas a actividades delictivas, incluyendo el grupo criminal Tren de Aragua.

Según el gobierno venezolano, sus fuerzas de seguridad han desmantelado esa organización criminal dentro del país. Sin embargo, el Tren de Aragua ha extendido su presencia a otros países de la región, donde ha sido relacionado con delitos como secuestros y extorsiones.

La deportación de estos migrantes ocurre poco después de que Richard Grenell, enviado especial de Donald Trump, visitara Caracas y sostuviera un encuentro con Maduro. Durante su visita, Grenell negoció la repatriación de venezolanos que ingresaron de manera irregular a EE.UU. y facilitó la liberación de seis ciudadanos estadounidenses que estaban detenidos en Venezuela.

Este encuentro se produjo a menos de un mes de la toma de posesión de Maduro para un nuevo mandato, en medio de denuncias de fraude electoral. Diversos gobiernos, incluido el de EE.UU., han cuestionado la legitimidad de su reelección, apoyándose en registros de la oposición que indican que el candidato Edmundo González obtuvo la victoria con un amplio margen.

La administración Trump ha intensificado su política de deportaciones, incluyendo la reciente revocación de una medida implementada durante el gobierno de Joe Biden que protegía a unos 600.000 venezolanos de la expulsión. Con este cambio, miles de migrantes podrían ser deportados en los próximos meses.

Tras la reunión en Caracas, Trump destacó en su plataforma Truth Social que Venezuela había aceptado recibir a todos los venezolanos deportados, incluyendo presuntos miembros del Tren de Aragua, y que el gobierno de Maduro se haría cargo del transporte de regreso.

Esta nueva fase de repatriaciones marca un giro en la relación entre ambos países en materia migratoria, mientras se mantiene la incertidumbre sobre el destino de miles de venezolanos en Estados Unidos.

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