El gobierno de Canadá ha emitido una alerta de viaje para Cuba debido al incremento de casos de dengue y del virus Oropouche en la isla. Las autoridades canadienses advierten a sus ciudadanos sobre los riesgos de viajar a Cuba, especialmente durante la temporada lluviosa, cuando el riesgo de contraer estas enfermedades es mayor.

El dengue, prevalente en climas tropicales y subtropicales, se ha concentrado principalmente en áreas urbanas de Cuba. El gobierno de Canadá insta a sus ciudadanos a tomar medidas preventivas, como usar repelentes y mosquiteros, y limitar actividades al aire libre durante su estancia en la isla. Además, recomiendan consultar a un profesional médico al menos seis semanas antes de viajar.

Esta alerta sigue a una advertencia similar emitida por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC) respecto al virus Oropouche. Hasta el 16 de agosto, se registraron 21 casos de esta enfermedad en viajeros estadounidenses que regresaron de Cuba, 20 de ellos en Florida y uno en Nueva York.

El virus Oropouche, transmitido por mosquitos, presenta síntomas similares al dengue y al COVID-19, lo que complica su diagnóstico en Cuba. La falta de recursos médicos y la escasez de productos básicos, como alimentos y medicamentos, agravan la situación. Además, las deficientes condiciones de higiene y la acumulación de basura en la isla contribuyen a la propagación del mosquito, aumentando así el riesgo de infección.

Canadá, uno de los principales emisores de turismo a Cuba, ha solicitado extremar las precauciones en destinos turísticos populares como Cayo Coco, Cayo Largo del Sur, Cayo Santa María, Guardalavaca y Varadero. La alerta subraya la importancia de que los viajeros se mantengan informados y tomen medidas para proteger su salud durante su estancia en la isla.

La propagación del virus Oropouche a otros países, incluyendo Estados Unidos y varias naciones europeas como España, Italia y Alemania, pone de relieve la gravedad de la situación en Cuba. La isla enfrenta un desafío significativo en controlar la expansión de estas enfermedades, lo que podría afectar aún más su ya debilitado sector turístico.

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