El gobernador de Texas, Greg Abbott, anunció el envío de tropas de la Guardia Nacional, vehículos blindados, barcos militares y aviones de vigilancia a la frontera con México para frenar lo que considera “una invasión de inmigrantes ilegales” que agobia a su estado.
En una medida controversial que podría interferir con funciones federales, Abbott envió hace unos días una carta al Presidente Joe Biden invocando una cláusula de la Constitución que permite a los estados asumir excepcionalmente medidas militares de defensa en caso de agresión externa.
El artículo I sección 10 de la Constitución, invocado por el gobernador de Texas, establece que los estados no pueden asumir funciones militares unilaterales “a menos que sean realmente invadidos o bajo un peligro tan inminente que (su defensa) no admita demora”.
En la misiva, Abbott se quejó de que “los texanos están pagando el precio del fracaso” de las políticas federales sobre inmigración. Durante el pasado año fiscal se registraron unos 2.3 millones de arrestos de inmigrantes a lo largo de la frontera sur. Solo el mes pasado se contabilizaron también 230 678 “interacciones” entre la Patrulla Fronteriza y personas que intentaban llegar a los Estados Unidos.
Poco después de la carta a Biden, el Departamento Militar de Texas ordenó el despliegue de 10 vehículos blindados M113 de transporte de tropas y el entrenamiento de medio centenar de efectivos para operarlos en distintos puntos de la frontera.
Los M113 son vehículos de combate con capacidad para transportar entre 11 y 15 soldados de infantería junto al avance de tanques. En servicio desde la guerra de Vietnam, han ido siendo reemplazados por vehículos blindados M2 y M3 Bradleys, pero todavía hay unos 6000 en activo en las fuerzas armadas.
Los M113 están equipados para llevar ametralladoras pesadas y lanzagranadas, aunque no está claro si llevarán armas cuando sean desplegados en la frontera entre Texas y México.
“Su silencio ante nuestras repetidas súplicas es ensordecedor (…) Dos años de inacción de su parte ahora dejan a Texas sin otra opción que intensificar nuestros esfuerzos para asegurar nuestro Estado”, dijo Abbott en su carta a Biden.
El gobernador texano anunció también que desplegaría embarcaciones artilladas en el río Bravo y aviones para patrullar el área fronteriza. También quiere “construir un muro” en varios condados limítrofes y designar a los cárteles mexicanos de la droga como “organizaciones terroristas”.
Al mismo tiempo, dijo que buscará pactos militares con otros estados y “llegar a acuerdos con potencias extranjeras para mejorar la seguridad fronteriza".
Abbott quiere, además, que el Departamento de Seguridad Pública de Texas arreste y deporte al mayor número de inmigrantes. No está claro si los solicitantes de asilo serán expulsados.
Críticos de la militarización de la frontera consideran que ninguna de esas funciones son prerrogativas del estado de Texas, sino competencia federal.
Desde la llegada de Biden a la Casa Blanca el gobernador republicano de Texas ha sido uno de sus más feroces críticos. En los últimos meses ha enviado a unos 13 mil inmigrantes detenidos en Texas a Massachusetts, New York y Chicago, estados bajo administraciones demócratas.