Una rastra cargada de pollo se volcó en la localidad de Río Piedras, Guanabacoa, cerca de la intersección de la Monumental con la Carretera de Santa María del Rosario. El suceso, compartido en redes sociales por el usuario identificado como Radimir Galán no provocó lesionados, según informaron testigos presenciales, que también precisaron que la carga del vehículo quedó intacta.
El accidente involucró a un camión de la marca Freightliner con matrícula B092299, fabricado por Daimler Truck North America LLC, que terminó volcado sobre su costado izquierdo, bloqueando parcialmente la vía. En las imágenes compartidas en redes sociales, se observa el vehículo de gran porte en una curva de una carretera estrecha y mal asfaltada, lo que sugiere que el exceso de velocidad, sumado a las condiciones de la vía, podrían haber sido causas del incidente.
Varias personas y residentes de la zona se acercaron al lugar del suceso, algunas aparentemente colaborando con el conductor para extraer combustible de los depósitos del camión. Este incidente ocurre en un contexto en el que el pollo importado es un producto de alta demanda en Cuba, donde la escasez de alimentos ha provocado largas colas y la comercialización irregular de este producto.
En los últimos años, varios accidentes similares han sido reportados, como el vuelco de una rastra cargada de pollo en Las Tunas en agosto de 2021 y otro más reciente en enero de 2024 en la misma provincia.
Cuba importa anualmente miles de toneladas de pollo desde Estados Unidos, con casi 170 mil toneladas enviadas en los primeros meses de 2024, según datos oficiales. Según el economista Pedro Monreal este número es “el equivalente aproximado de 6,800 contenedores”, aunque “las cifras en valor y toneladas son menores que las de igual período de 2023”.
La alta dependencia de estas importaciones, junto con los problemas de distribución, han generado escenas de desesperación, como las enormes colas registradas en distintas provincias para comprar una libra de pollo.
El comercio informal también ha aprovechado la situación, con micro, pequeñas y medianas empresas (MIPYMES) vendiendo cajas de pollo directamente desde contenedores en plena calle, un fenómeno que se volvió común en ciudades como La Habana y que el régimen cubano frenó con las nuevas normas aprobadas en diciembre para las Mipymes, limitando el comercio mayorista.
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