La maquinaria propagandística del régimen cubano ha encontrado en la visita del actor y director estadounidense Kevin Costner una oportunidad dorada para exhibir, con bombo y platillo, la riqueza cultural e histórica del país. Este martes, Costner recorrió el Museo Castillo de La Real Fuerza en La Habana, y la prensa oficialista no tardó en convertir su visita en un evento de relevancia nacional, resaltando los supuestos logros del sistema de conservación patrimonial cubano.
Acompañado por el arqueólogo subacuático Alejandro Mirabal, Costner mostró interés en las piezas recuperadas de naufragios en aguas cubanas, una temática que ha explorado en su carrera cinematográfica. Sin embargo, más allá de la genuina curiosidad del actor, la prensa estatal ha utilizado su presencia para reforzar su narrativa de que Cuba sigue siendo un referente en la preservación cultural, a pesar del evidente deterioro de sus instituciones.
La directora adjunta de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, Perla Rosales Aguirreurreta, junto a otros directivos, recibió al actor en un despliegue mediático que contrasta con la realidad de los museos cubanos, muchos de los cuales carecen de mantenimiento adecuado y exhiben colecciones deterioradas por la falta de recursos.
Costner, conocido por su interés en la historia marítima, visitó la fortaleza colonial y escuchó atentamente las explicaciones sobre el patrimonio sumergido de la isla. Al finalizar el recorrido, expresó su admiración por el trabajo de conservación del museo, declaraciones que el aparato propagandístico cubano no ha tardado en explotar para reforzar su discurso sobre la "vitalidad" del sector cultural en la isla.
Mientras los medios estatales ensalzan la visita del actor, evitan mencionar la profunda crisis que atraviesa el país, donde los servicios básicos, incluidos los culturales, enfrentan un colapso progresivo. En este contexto, la llegada de una figura de Hollywood sirve como un respiro propagandístico para un régimen que intenta ocultar sus carencias detrás de cada evento internacional que pueda capitalizar.