La influencer cubana Yordanka Battle Moré reflexionó este jueves sobre la Cuba que quiere.
"Hoy estaba viendo una entrevista que me dejó con sentimientos encontrados. Por cuestión de ética no comentaré cuál, pero si me inspiró", comenzó Battle en Facebook.
"Yo no soy ni fui ninguna 'pipirisnais'. Nací en Hijas de Galicia, hija de una madre soltera que se comía el borde de la pizza para que la niña se comiera la parte buena. Que además esa misma madre se comía la salsita del pollo para que la niña se comiera el muslo", contó.
"Yo no soy politóloga, ni socióloga, ni la cabeza de un guanajo. De posicionamiento político se menos aún. Por lo que con el derecho que tengo de decir lo que pienso, hablaré lo siguiente. La Cuba que yo quiero, es una Cuba que los que tengan capital para realizar inversiones lo hagan. Que se revisen los orígenes de ese capital, para que los ricos de ese momento no sean los de la actual oligarquía comunista ni los de la Sagrada Familia".
"Que esos empresarios den ofertas de trabajo con salarios competitivos a los más capacitados, no a la que tenga las nalgas más grande o al bonitillo. Que tu salario te alcance para reparar o comprar una casa, pagando una cuota razonable puedas atenderte en un hospital sin tener que llevarle un regalito al médico".
"Que trabajando cuatro horas más los padres puedan mandar a un niño a una escuela donde se hable en inglés y francés, y el que no tenga para pagar esas escuelas, que esos mismos centros educativos tengan cupos para niños con buenas calificaciones de padres pobres".
"Quiero una Cuba que esos mismos empresarios millonarios construyan asilos decentes para 'la viejita del maní', que como no tuvo hijos, se tiene que ir a vivir allí, y en ese lugar desayune leche calientica, pan con jamón y huevo hervido".
"Quiero que los futuros millonarios cubanos hagan negocios, y destinen un 1% de sus utilidades al desarrollo local, y que eso se utilice para arreglar un centro deportivo, donde el pobre pueda llevar a sus hijos a aprender natación, y de ese mismo 1% salga el salario del personal que trabaje allí. Ah y que los encargados de administrar esos 1% le expliquen al pueblo en qué se gastó cada peso".
"Quiero además, un marco jurídico legal tan robusto que al que cojan robándose una papa del agro le duela, a tal punto que no le entren ganas de hacerlo más, y que el 'machote cubano' que le guste hacerlo bien rico 'sin condón' pague pensión alimenticia obligatoriamente".
"Una Cuba inclusiva pal que tiene un millón, pal que tiene 100, pal que tiene 20 y pal que no tiene nah".
"Me fascina el ambiente académico y los ejercicios intelectuales, pero uno no puede vivir en la Luna de Valencia ni pensando en 'la inmortalidad de los cangrejos' cuando de administrar los recursos de un país se trata. El pueblo somos todos y hay que pensar en todos. Al final, Cuba es como el corazón de una madre. Yo creo en la cultura del esfuerzo", concluyó.