Un lamentable accidente de tránsito ocurrido en la carretera que conduce hacia Punta Alegre, en el municipio Chambas, provincia de Ciego de Ávila, dejó un saldo de dos personas fallecidas y varios heridos de gravedad.
El hecho tuvo lugar cerca de la comunidad El Asiento, cuando un camión modelo B-8 impactó violentamente contra un triciclo motorizado, conocido popularmente como “Guaripola”, que transportaba a varios pasajeros.
Las víctimas mortales fueron identificadas como Eglys Castillo Rodríguez y Nivaldo Buchillón Jiménez, ambos residentes del poblado de Punta Alegre. Según relataron testigos en redes sociales, Nivaldo murió en el lugar del accidente, mientras que Eglys falleció durante su traslado al hospital.
La comunidad ha expresado profundo pesar por la pérdida de estas personas queridas, quienes eran reconocidas por su buen carácter y sentido de colaboración.
Entre los heridos se encuentran Elier Varela Torres de 31 años, quien sufrió quemaduras de segundo y tercer grados, y Eusebio Rey Boloy de 32, quien resultó con múltiples traumatismos. Ambos permanecen en estado crítico y reciben atención médica en hospitales cercanos, aunque la escasez de insumos médicos en los centros de salud ha motivado campañas de apoyo entre vecinos, familiares y cubanos en el exterior, quienes intentan reunir los medicamentos necesarios para su recuperación.
Las primeras investigaciones apuntan a que una visibilidad reducida, provocada por el humo de un campo de caña en llamas, pudo haber sido uno de los factores del siniestro. No obstante, también se especula sobre una posible imprudencia del conductor del camión, quien podría haber estado circulando a alta velocidad en una zona donde la visibilidad era muy limitada.
Este trágico suceso ha reavivado la preocupación de la población sobre el mal estado de las carreteras y la falta de señalización y seguridad vial en muchas zonas del país. Cuba registra cada año cientos de accidentes de tránsito, que constituyen una de las principales causas de muerte.
La falta de inversión en infraestructura y la escasez de controles efectivos contribuyen a una situación que, lamentablemente, sigue cobrando vidas inocentes.