Pescadores cubanos capturaron un enorme tiburón, de aproximadamente cuatro metros, en áreas de la plataforma insular de Matanzas.
Reportes del medio estatal Girón indican que el tiburón, de la especie nombrada popularmente como cañabota, fue encontrado enredado en avíos de pesca.
Asimismo, la nota apuntó que el tiburón estaba muerto cuando lo encontraron, y había sido arrastrado por el temporal, y los pescadores estaban a punto de dar por perdido.
“Se trata de una captura muy rara porque es un animal de profundidad y los pescadores, con los medios artesanales que poseen, no pueden acceder a semejantes especímenes”, añadieron.
Aunque los pescados intentaron subirlo a bordo, el excesivo peso se los impidió y tuvieron que remolcaron hasta llegar a tierra firme.
Estos tiburones, indican, viven a grandes profundidades, tal como lo evidencia su color pardo oscuro y sus ojos fosforescentes y pueden llagar a medir hasta seis metros.
“El estado de conservación de esta especie a nivel mundial es casi amenazado, categoría que se establece cuando ha sido evaluado según los criterios y no satisface, actualmente, los criterios para En Peligro Crítico, En Peligro o Vulnerable, pero está próximo a satisfacer los criterios, o posiblemente los satisfaga, en un futuro cercano”, argumentaron.
El anuncio provocó críticas de muchos internautas, hecho que dio al traste con una respuesta del medio de prensa oficialista.
“Ante algunos comentarios recibidos le recordamos a nuestros lectores que tenemos el deber de publicar y visibilizar aquellas realidades, hechos y datos que sean de interés público, cualquiera sea su connotación”, manifestaron.
“Como medio de comunicación tuvimos claro, desde mucho antes de publicar la nota, que la misma representaría tan sólo un primer acercamiento – informativo, vuelvo a aclarar- a un hecho al que en las próximas horas le daremos seguimiento, indagaremos, profundizaremos con las fuentes documentales y no documentales, las más pertinentes y autorizadas para abordar de la manera más certera el tema. Esto, creemos, constituye un elemental deber profesional con el que somos irreductibles”, explicron.