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Osvaldo Doimeadiós denuncia la censura del régimen al humor: “No quiero perder el tiempo”

Redacción de CubitaNOW ~ viernes 18 de julio de 2025

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El veterano actor y humorista Osvaldo Doimeadiós ha decidido poner punto final a su trayectoria dentro de la televisión nacional cubana, al menos en lo que a programas humorísticos se refiere. Su decisión no nace del agotamiento artístico ni de falta de propuestas, sino de una convicción más profunda: el hastío frente a la censura y los controles burocráticos que, asegura, han convertido el trabajo creativo en una batalla constante.

“Yo ya no quiero hacer televisión, al menos programas humorísticos. No quiero perder el tiempo”, confesó en una entrevista en el canal de YouTube La Familia Cuba, donde habló sin rodeos sobre los obstáculos que enfrentan los creadores en Cuba.

Doimeadiós no se muestra resignado, sino resuelto. Apuesta por otros caminos donde aún puede ejercer su arte con libertad: el teatro, la docencia, los espacios alternativos. “La vida es una sola”, subrayó, reafirmando su deseo de trabajar sin limitaciones arbitrarias.

El actor denunció que grabar para la televisión cubana se ha vuelto un proceso impredecible y frustrante.

“A veces grabas algo con dos meses de antelación, pero justo esa semana alguien dice algo parecido en otro contexto, y ya no se puede poner. Todo depende de tabúes mentales que todavía dominan a quienes toman decisiones”.

Más allá de la censura explícita, Doimeadiós apuntó contra lo que llama la “censura silenciosa”: demoras en presupuestos, desapariciones inexplicables de programas, y decisiones tomadas sin transparencia ni respeto hacia el público ni los artistas.

Uno de los ejemplos más notorios que mencionó fue la desaparición del exitoso espacio Vivir del cuento, en el que tuvo participaciones frecuentes.

“Fue un programa que se lo fueron llevando como la corriente… hasta que se acabó. Ni siquiera dieron explicaciones. Algunos episodios estaban ensayados, listos para grabarse, pero nunca se aprobó el presupuesto. El secretismo fue total”.

Para Doimeadiós, el humor no es un peligro, sino una válvula de escape necesaria.

“En todas partes del mundo el humor no tumba ningún sistema. El humor se ríe y oxigena. Pero aquí quieren que no moleste, que no toque temas sensibles… y eso no es humor”.

El artista también lanzó una crítica directa a los funcionarios culturales que, según él, priorizan sus privilegios personales por encima del arte y la ética.

“Hay personas que no defienden criterios ni políticas. Defienden estatus, la tarjeta de gasolina, la barriga de tres gavetas. Y esos son los más peligrosos”.

Finalmente, lamentó la falta de respeto al público, que muchas veces queda sin explicaciones cuando se censura un programa:

“Muchas veces ni siquiera se trata de un problema de calidad. Se trata de que los temas molestan. Y lo resuelven quitando el programa sin explicaciones”.

A pesar del desencanto, Osvaldo Doimeadiós no se rinde. Se retira de la televisión, pero no del arte.

“Lo que tengo es deseo de trabajar”, dijo con firmeza. Su mirada está puesta en escenarios donde aún se puede crear con dignidad y sin pedir permiso.

Su testimonio es más que una despedida: es un llamado de atención sobre el estado del humor y la cultura en Cuba, y una defensa firme del derecho a reír con libertad.


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