La creciente ola de violencia en Sinaloa ha llevado a la retirada de médicos cubanos que prestaban servicios en áreas rurales, tras semanas de enfrentamientos entre grupos del narcotráfico. La situación ha escalado hasta el punto de poner en riesgo la vida de los profesionales de la salud en la región.

Uno de los eventos más alarmantes ocurrió en un hospital del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Villa Unión, Sinaloa. El pasado 15 de septiembre, sicarios obligaron a médicos locales a atender a heridos tras un tiroteo, bajo amenazas de muerte. Esta situación ha exacerbado la crisis de seguridad que atraviesa ese país.

La Embajada de Cuba en México reaccionó rápidamente, solicitando la evacuación de los médicos cubanos desplegados en la región. Estos profesionales, que se encontraban en Concordia, en el municipio de El Palmito, formaban parte de un contingente de 32 especialistas, entre médicos generales y cirujanos. Según las autoridades locales, los médicos cubanos fueron los últimos en ser evacuados de la zona, donde la inseguridad ha causado que más de 50 familias abandonen sus hogares.

El secretario de Salud estatal, Cuitláhuac González Galindo, explicó que la decisión de retirar a los médicos cubanos fue tomada debido al alto nivel de estrés e inseguridad en la zona. “Ellos no están acostumbrados a enfrentar situaciones tan extremas como las que están sucediendo aquí”, afirmó en una entrevista. Además, mencionó que la embajada cubana solicitó su retirada.

El Palmito, una comunidad en la sierra de Sinaloa, se ha convertido prácticamente en un pueblo fantasma. Los centros médicos en la zona han cerrado sus puertas, y aunque algunos hospitales en ciudades cercanas como Villa Unión y Mazatlán permanecen abiertos, las autoridades locales están tomando medidas de precaución ante las amenazas de los grupos criminales que se disputan el control del estado.

Esta situación refleja la grave crisis de seguridad que afecta no solo a Sinaloa, sino a todo el país, marcando un momento crítico en la administración del presidente saliente, Andrés Manuel López Obrador. Mientras tanto, la población local continúa viviendo bajo el temor constante de la violencia.

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