La internauta cubana que se identifica en las redes sociales con el nombre de Yaquelin Abreu, compartió en el grupo de Facebook 'TODOS SOMOS PLACETAS', una denuncia que evidencia la realidad del sistema de salud de la isla. 

"Para los que preguntan en qué quedó el caso del paciente psiquiátrico y la ambulancia, de más está decir que después de más de 12 horas esperando por la mala administración del sectorial de salud, la falta de sensibilidad de algunos operadores de ambulancias, que sabemos que están cobrando por recoger a los pacientes de regreso, el grupo todos somos Placetas pagó un carro particular para regresar el paciente", dijo la usuaria. 

"Esperemos que el sectorial atienda esta denuncia", añadió, dando pie a muchos comentarios en el ciberespacio: 

Norge R Santana: Que falta de respeto mis mayores deseos que todo el buen cubano que queda en la isla se pueda ir y que todos esos políticos se hundan juntos. 

Mirna Carpio: Yo sé lo que es esperar por una ambulancia, el 21 de noviembre del 2019, la ex suegra de mi hijo tuvo un accidente de trabajo,y se fracturó el cráneo, mandaron a buscar a la ambulancia a la 1 de la tarde y se apareció a las 6 y 45 pm, la paciente hasta convulsionó.

Pedro Dabalsa: siempre ha sido así. Yo tenía 15 años y estaba solo en la casa con mi hermana de 5. Yo estaba descalzo con un short sucio que yo mismo había hecho cortándole las patas a un pantalón viejo y también estaba sin camisa. Le estaba dando el almuerzo a mi hermana cuando le dio un ataque epiléptico y se estaba poniendo purpura de la asfixia de la comida atravesada en la garganta. Yo la cargué y me la llevé para el hospital así corriendo descalzo y medio desnudo. Por el camino un camión de esos grandes de caña paró y me recogió. El médico de guardia no pudo o no sabía hacer mucho y en una ambulancia nos mandaron para el hospital provincial en Santa Clara. Allí la reanimaron, le sacaron la comida trabada y la flema. Ya por la noche tarde le dieron el alta. El alta fue que estuvimos que irnos para la terminal de ómnibus, sin un centavo el bolsillo y sin zapatos y casi sin ropas. Algún alma caritativa me regaló 30 35 centavos que era lo que valía el pasaje entonces y nos fuimos en la última guagua que salía para Caibarién a través de Placetas.

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