El sacerdote cubano Alberto Reyes Pías pidió al gobierno de la isla revertir las excesivas condenas contra los manifestantes del 11 de julio en Cuba.

El presbítero de la Arquidiócesis de Camagüey, ha justificado las acciones de los cubanos ese día:  “Lo que hicieron fue ejercer su derecho a protestar. Las condenas, además de ser notoriamente excesivas, tienen la intención de amedrentar a los inconformes. Se trata a todas luces de una injusticia. Eso hay que revertirlo”.

En una entrevista para la plataforma 14ymedio sugirió además que las autoridades nacionales debería tener en cuenta que “entre los condenados hay personas muy jóvenes a los que el tiempo de cárcel les puede desgraciar la vida para siempre, les secuestra la juventud, los puede destruir humanamente”.

En su declaraciones el padre Reyes enfatizó que “rechaza la violencia y la confrontación”, sin embargo reconoce con temor que le preocupa que esta sea la “la única vía que quede para cambiar las cosas”. Según aseguró teme “no solo otro 11 de julio sino que esta vez sea brutal”.

“Lo ideal sería que desde el poder se tenga la iniciativa de democratizar el país y hacerlo tranquilamente. Mientras no haya una voluntad de diálogo en el Gobierno, Cuba seguirá siendo una isla en fuga, seguirá siendo un polvorín que no se sabe cuándo va a estallar. Deberían darse cuenta de que ellos también estarán mejor cuando se produzca ese cambio”, lamentó.

Sobre el papel de la Iglesia católica tras los hechos de julio pasado, el sacerdote recordó que en primer lugar ellos han desarrollado un acompañamiento a las víctimas de la represión.

 “Se ha contactado a las familias de los presos, se les ha escuchado y ayudado en lo posible”, dijo señalando que la labor de la Iglesia también se ha extendido a acompañar a las familiares de los detenidos en las gestiones legales” aunque admite que “muchos tienen miedo a hablar, a protestar, a plantarse, porque los han atemorizado”.

“La familia sabe que sus hijos, sus parientes están a merced de las autoridades, que gozan de una impunidad total. Les pueden hacer cualquier cosa y no pasa nada. Ese miedo a ‘y si les pasa algo’ los encierra en el círculo del silencio y es así como se acrecienta la impunidad de las autoridades”, dijo a 14ymedio.

Asimismo reconoció que la situación de Cuba exige de la  Iglesia su función de denunciar “porque para Dios esto debe estar mal y lo que está mal hay que denunciarlo” significó añadiendo “Se nos escuchará o no, pero hay que decirlo. El silencio no es la actitud”.

Un informe de la ONG  Cuban Prisoners Defenders detalla que en la Isla hay más de 1160 presos políticos verificados en los últimos 12 meses.

 Cuban Prisoners Defenders reconoció que “esto nos es más que una fracción, entre el 60% y el 70% de las cifras reales, cuya verificación total es simplemente inalcanzable por organización alguna salvo, por supuesto, por el régimen de la Isla”.

Sobre la represión tras el 11 de julio la ONG, ha denunciado que unas 5000 personas fueron detenidas y más de 1500 procesadas por las protestas.

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