Tres detenidos en Ciego de Ávila por tráfico de carne de res; otra muestra del colapso social bajo el castrismo
Redacción de CubitaNOW ~ martes 2 de diciembre de 2025
La reciente detención de tres individuos en la carretera de Sanguily, en Ciego de Ávila, acusados de trasladar carne de res oculta bajo un cargamento de hierbas, ha reavivado un debate profundo sobre el deterioro moral, económico y social de Cuba.
Aunque algunos celebran la captura es bueno decir que este hecho no es un episodio aislado, sino un síntoma de un país que se desmorona bajo el peso de un sistema que lleva décadas destruyendo la producción, incentivando el mercado negro y empujando a la población a la supervivencia extrema.
El robo de ganado —un delito grave y doloroso para los campesinos que trabajan con esfuerzo y sin garantías— no surge en el vacío. Surge de un país donde la carne ha desaparecido de las carnicerías, donde la libreta es una reliquia inútil y donde miles sobreviven solo gracias a remesas o al mercado clandestino. En un país normal, el delito es la excepción; en Cuba, la miseria lo convirtió en rutina.
Y es que el verdadero problema no son tres jóvenes en un carretón: es un Estado que ha destruido la ganadería nacional, ha asfixiado al campesino, ha criminalizado la iniciativa privada y ha deformado la cultura laboral durante 65 años. ¿Qué puede esperarse de una sociedad donde el salario no alcanza ni para una semana, donde el régimen ha convertido a la gente común en sospechosa, en delincuente o en víctima?
Mientras tanto, los campesinos —los primeros afectados— viven entre el miedo y la resignación: no solo deben enfrentar el robo, sino también la indiferencia de autoridades que pocas veces resuelven los casos y que, como denuncian muchos avileños, terminan protegiendo más a los criminales que a los productores. Esa percepción, compartida incluso por voces oficialistas, refleja un país donde la justicia no funciona, donde las instituciones están al servicio del poder y no del ciudadano.
La oposición sostiene que este ciclo no terminará mientras persista la raíz del problema: un régimen que mantiene leyes absurdas sobre la propiedad, impide el desarrollo, reprime a quien produce y obliga a millones a una lucha diaria por la supervivencia.
El robo de ganado no se resolverá con más cárcel ni con enviar gente a “Villa Cabilla”. Solo se resolverá cuando Cuba cambie de sistema, cuando el país abra las puertas a la libertad económica y política, y cuando los ciudadanos puedan vivir dignamente sin verse empujados al delito o al abuso.
Hasta entonces, estos episodios seguirán siendo el reflejo de un país abandonado por su propio gobierno.
Fuente: Avileños de corazón