De las cosas que solo ocurren en Cuba, a través de Facebook un usuario ha comentado su particular encuentro con agentes de tránsito en la mayor de las

Antillas.

“Exactamente a las 2.10 de esta tarde, en la intersección de las Avenidas Infanta y Manglar, mientras conducía el vehículo de mi propiedad, en compañía de mi esposa, fui requerido por un agente de la PNR”, relata.

El cubano cuentas que dos agentes venían en la patrulla que lo requirió, uno educado que compró como su auto estaba en perfectas condiciones técnicas y otro que al no tener nada para reclamar le “ordenó” pintar el carro.

“Traté de explicarle que recientemente había logrado hacerle algunos trabajitos de chapistería a mi Chevrolet de 1953 y que ahora me encontraba ‘reuniendo’ para poder pintarlo. Pero no valió de nada. El agente malhumorado me preguntó que si conocía la Ley 109 y le respondí que sí y entonces me preguntó que decía el articulo 181.1 y la respondí que no me sabia cada artículo de la Ley 109, porque ese no era mi trabajo”, explica.

El chofer que no se dejó amilanar señala “le pregunté si él conocía algún lugar donde yo pudiera pintar mi vehículo y el costo fuera acorde con mi salario, pero no sabía; me aclaró que ese era un problema mío”.

Al final le tocó cargar con una infracción “porque su auto, aunque en buen estado técnico, no está pintado. En el talón del infractor, aparentemente se el expediente del agente malhumorado es 76296051. No está muy legible”, añade.

“Con las limitaciones que tenemos, con los precios exorbitantes de los servicios de pintura automotriz y de los materiales necesarios, con agentes como este, realmente no nos entendemos. Ambos agentes, el educado y el malhumorado, tripulaban en patrullero de Tránsito No. 907”, termina afirmando el cubano.

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