A las indisciplinas de los viajeros internacionales ha culpado la prensa estatal el hecho de que tras más de 100 días sin casos haya regresado el coronavirus a la provincia de Santiago de Cuba.

El análisis del Granma, advierte “las cifras de pacientes confirmados con la enfermedad en las que ha intervenido directa o indirectamente un viajero internacional, han crecido en un 75 % a lo largo del país en estos meses, y lugares como La Habana y Santiago de Cuba rebasan ese alto promedio”.

De acuerdo con eses diario oficialista “el costo de la irresponsabilidad (en el consejo popular de Altamira) ascendió a la paralización, por cuarentena, de un área de cuatro manzanas con 150 viviendas, que exigieron un cuantioso aseguramiento logístico, el cierre de un círculo infantil, de dos escuelas primarias, de una secundaria básica y de un preuniversitario. Cerca de 200 personas debieron ser ingresadas, entre las cuales 30 resultaron contagiadas, y dolorosamente falleció un anciano”.

Señalando también que “violaciones cometidas antes de conocerse el resultado del segundo PCR, han arrojado alrededor de una decena de casos positivos, más de cien contactos ingresados, el cierre de varios centros de enseñanza, más de 200 personas de casi un centenar de viviendas confinadas, y una dispersión que hace más difícil la estrategia de trabajo y el empleo de los recursos”, en el santiaguero municipio de Songo-La Maya.

Tras reconocer que el país no se puede dar el lujo de cerrar las fronteras, el artículo advierte que los responsables de dichos focos de infección, una vez de alta médica, responderán según el Capítulo VII, Artículo 212, del Código Penal Vigente, al delito de Propagación de Epidemia.

Lo ocurrido en Santiago de Cuba, no es un hecho aislado, en Sancti Spíritus también se procedió a denunciar a la policía a varios viajeros que también fueron calificados de irresponsables.

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