En artículo publicado recientemente en la prensa estatal cubana advierten que la corrupción será seriamente castigada por la legislación cubana.

Este delito en

Cuba crece a niveles exorbitantes, a tal punto que, en el argot popular, un trabajo no vale la pena si no se puede buscar ‘la luchita’.

Así lo concibe la ley:

Lázaro Guzmán Díaz, fiscal jefe provincial en Pinar del Río, precisa que las sanciones penales oscilan desde ocho años de privación de libertad hasta trabajo correccional.

“Ocho años es el mínimo para una apropiación superior a 10 000 pesos y puede llegar a 20 años de privación de libertad, además de la confiscación o decomiso de bienes. Si es inferior va desde seis meses hasta ocho años de privación de libertad”.

Acerca de la previsión normativa de la sanción a este flagelo, Felicia Becerra Peguero esclarece que está diluida en las leyes cubanas porque el Código Penal de la República de Cuba, Ley 62 del año 1987, contempla la corrupción, no en uno, sino en varios delitos.

“El Código prevé como delito, conductas humanas que son actos típicos de corrupción y otras, que el modo de cometerlas pueden guardar relación con posibles actos de corrupción, entre los que se encuentran: la revelación de pruebas para la evaluación docente, el abuso de autoridad, la prevaricación, el enriquecimiento ilícito, el tráfico de influencias, el cohecho, la exacción ilegal y las negociaciones ilícitas, el encubrimiento, el incumplimiento del deber de denunciar, la malversación, la apropiación indebida, la evasión fiscal, el lavado de activos y la falsificación de documentos”.

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