Era un muchacho muy callado y noble, dice padrastro del joven cubano asesinado en Artemisa
Redacción de CubitaNOW ~ jueves 27 de enero de 2022
El padrastro de Osvaldo Morales, el joven cubano asesinado violentamente en la comunidad de Bahía Honda, en la provincia occidental de Artemisa, describió a la víctima como “un niño muy callado, muy noble” y que “no se metía con nadie”.
Entrevistado por CiberCuba, Ángel Esteban Ferras Sardiñas, expresó el dolor que había en la familia desde el homicidio de Morales, de solo 22 años, a quien presuntamente le quitaron la vida para robarle un teléfono celular.
“Osvaldo era un niño muy callado, muy noble, no se metía con nadie y este individuo, desde finales o principios de año, comenzó a acercarse a él con el pretexto de usar el teléfono móvil para conectarse a internet”, contó el padrastro.
De igual forma, comentó que la familia le aconsejó que tomara distancia del sujeto, ya que arrastraba fama de ladrón, pero Morales creyó que solo quería el dispositivo prestado con el fin de conectarse y aprender a manejarlo.
El sábado en que fue asesinado, Morales salió de su casa hasta la de unas amistades. Luego regresó y, en horas de la noche, recibió una llamada. Le dijo a su madre que saldría un momento. La madre no se preocupó porque el barrio es tranquilo. Fue la última vez que su familia lo vieron con vida.
La policía vino a la casa y preguntó por Osvaldito. Entonces la madre se percata de que no había vuelto. Los oficiales se alejaron y ella salió a la calle hasta donde había un grupo de vecinos concentrado, quienes le dijeron que había aparecido un cadáver, pero sin atreverse a darle la triste noticia.
Los policías se le acercan. Le piden que sea fuerte, tiene que identificar un cuerpo: el de su hijo. No tuvo valor para hacerlo y otro familiar se encargó. El padrastro cuenta que en ese momento él estaba trabajando en el poblado de Quiebra Hacha, ajeno a los funestos acontecimientos.
Según declaró, la familia supo que el presunto asesino insistió varias veces en comprarle el teléfono a la víctima, con el pretexto de regalárselo a su novia. Sospechan que por eso intentó ganarse la confianza del joven y proceder luego del modo en que lo hizo.
Tras asesinarlo, fue a casa de un tío a quien le pide ayuda para ocultar el cadáver en el patio de la casa. Decía que, si iba a la cárcel, se suicidaría. El tío se niega, sin embargo, traza una maniobra: Intenta ganar tiempo dándole conversación, lo suficiente para que su esposa llame a la policía. Gracias a ello, la detención y el hallazgo del cuerpo fueron más expeditos.
“Si el tío hubiese sido cómplice, todavía estuviéramos buscando el cadáver de nuestro hijo; e incluso, la historia pudo ser mucho más trágica, porque el asesino pudo matarlo por negarse a ayudarlo. Menos mal que la esposa escuchó lo que pasaba y decidieron actuar de una manera inteligente”, comenta el tío al citado medio.
“Me doy cuenta de que este muchacho es una mala persona, que no tiene perdón, porque golpeó, apuñaló y arrastró a Osvaldito a la casa donde pretendía enterrarlo sin ningún tipo de pudor. No tiene alma, es alguien sin sentimientos”, agrega.
El padrastro también espera que caiga todo el peso de la ley sobre el homicida, aunque crea que “ni fusilándolo paga el dolor provocado a nuestra familia”. “La tranquilidad ciudadana con la que vivíamos hace 20 años se acabó”, dice Ferras, quien, no obstante, manifestó su confianza en las autoridades cubanas.
“Confío en las leyes cubanas y pido que se haga un juicio ejemplarizante, para que otros padres, otras familias no sufran ni pasen por esta situación”, dijo.
“Que le haya sucedido esto a un alma tan buena provoca un dolor irreparable y por eso llevamos todos estos días sin dormir, tomando medicamentos e infusiones de tilo y la madre, la más afectada, se pasa los días llorando, porque su dolor es demasiado grande”, expuso.
El joven murió tras recibir varios golpes con una cabilla en la cabeza y siete puñaladas (dos de ellas en el cuello y la arteria femoral). Ferras se pregunta todavía el motivo de tanta crueldad. “Si lo mató con los golpes que le dio en la cabeza ¿por qué tanto ensañamiento?”, inquirió.
Las primeras informaciones sobre el crimen, señalaron que, además del teléfono móvil, el presunto homicida tomó de la víctima una suma de dinero en efectivo.