El cubano Ernesto Viera ha denunciado el agobiante proceso para conseguir oxígeno medicinal del cual depende la vida de su padre, un combatiente jubilado olvidado por el régimen.

“Ahora mismo en el hospital Militar Carlos J Finlay abarrotado de personas y gestionando un certificado para conseguir oxígeno para mi padre”, comienza explicando en una publicación en Facebook de la víspera.

Viera deja claro cómo los desmanes del régimen contra su padre, han radicalizado su posición contra el Gobierno de la isla. Él describe a su padre como combatiente de la Sierra, militar jubilado, combatiente en Angola, de 33 años de servicio, hace 30 años jubilado y añade que “jamás ha sido atendido por nadie, ni por la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana, ni por el Partido que solo cobra de su chequera...ni por nadie…acá parte la esencia que ha forjado mi carácter”, dice agregando “¡Quien no agradece a sus hijos, jamás tendrá mi apoyo ni mi comprensión! ¡Solo mi denuncia, mi crítica y mi incansable labor por cambiar las cosas!”.

El cubano explica todo el esfuerzo de su familia para mantener con vida a su padre: “A mi viejo le gestionamos sangre cada seis meses porque vive con un solo riñón, le gestionamos oxígeno para sus padecimientos respiratorios.... ¡A mi padre no lo mantiene vivo la Revolución por la que peleó, sino las carreras de mi madre, las gestiones de sus hijos!”, señala.

Por último describe la nueva burocracia que le ha llevado a tener que movilizar a su padre enfermo por varios sitios de La Habana.

“La Dirección de Farmacia después de tres años haciéndolo se negó a aceptar el certificado del policlínico, pues anualmente exigen renovarlo, ahora a algún dinosaurio aburrido se le ocurrió que solo se aceptan certificados de un hospital”, explica.

Tras eso, expone la odisea para conseguir nuevamente el oxígeno: “Carga con tu viejo, pasa tres horas en un hospital, dos más para poner el cuño en control de turnos, llévalo de igual forma al policlínico a que lo firme el director y si tu padre tiene suerte: ¡podrá respirar de nuevo!”.

Ernesto Viera lamenta la difícil situación para un hombre que ha dado tanto a su país: “¡Cuánta tortura para alguien tan desatendido! ¡Cuánto mal agradecimiento!” y además indica que se ha cansado de plantear la situación a diferentes instancias sin una respuesta. Para él, las autoridades solo aparecerán a colocarle una bandera cuando fallezca su padre: “Cada vez que hablo con algún dinosaurio me dice que se van a ocupar, en el parque jurásico esa ayuda no llega hasta el día que aparecen a poner una bandera en su féretro y decir cuatro mentiras”.

En su denuncia en Facebook, Viera deja claro que no parará de denunciar lo mal hecho a pesar de las “advertencias” que suelen llegar desde la seguridad del Estado que amenazan incluso con aislarlo socialmente: “Déjenme sin trabajo, macháquenme cuanto quieran de mi no esperen más que verdad, verdad y verdad aunque les duela! ¡Yo soy simplemente un espejo!”, dice convencido.

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