La Habana vivió esta noche de lunes una de sus noches más tensas del año, cuando residentes de varios barrios y municipios salieron a las calles para protestar ante las prolongadas horas de apagón que afectaron a amplias zonas de la capital. Según múltiples reportes publicados en redes sociales, las interrupciones eléctricas superaron con creces los horarios anunciados y, en algunos lugares, prácticamente se extendieron durante todo el día.

En medio de la oscuridad, un hecho inusual marcó el pulso de la noche: las 40 campanadas de la iglesia de La Milagrosa, en el municipio de 10 de Octubre. Vecinos aseguran que el repique se escuchó en varias cuadras y actuó como un símbolo del descontento generalizado. “Fue como un aviso, como un llamado”, comentó un residente en redes sociales, mientras videos y testimonios se multiplicaban entre la población conectada.

Sin embargo, incluso esa comunicación fue intermitente. Diversos usuarios reportaron cortes de internet, especialmente en zonas donde las personas comenzaron a concentrarse frente a sus edificios o en calles principales para exigir el regreso del servicio eléctrico. Aunque no se ha confirmado una causa oficial, los usuarios señalan que la conexión se volvió inestable precisamente cuando empezaban a circular los primeros videos de las protestas.

Las manifestaciones, de acuerdo con testigos, se extendieron por municipios como Regla, Maranao, Diez de Octubre y La Lisa, donde grupos de vecinos golpearon cazuelas, alzaron teléfonos encendidos y corearon reclamos de solución inmediata.

Mientras tanto, la población espera explicaciones concretas y un alivio real a una situación que se ha vuelto insostenible. Lo que ocurrió esta noche en La Habana —entre campanas, apagones y calles llenas— deja claro que el malestar ciudadano ha superado el límite de la paciencia, y que cada hora sin corriente pesa ya más que la anterior.

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