El gobierno cubano reportó 38 derrumbes totales de viviendas en La Habana a causa del paso del huracán Ian la semana pasada por el occidente del país, donde tocó tierra como un poderoso ciclón de categoría 3 en la escala Saffir-Simpson, registrando vientos de más de 200 km/h.

Las autoridades de La Habana informaron el martes también de daños parciales y en los techos de otras 1131 casas, en un recuento total de los estragos causados por el fenómeno en la ciudad, señala un reporte de la agencia de noticias EFE.

Por su parte, el gobernador del territorio, Reynaldo García Zapata, refirió que el 100 % del sistema eléctrico de la ciudad quedó afectado y 17 760 personas fueron evacuadas de zonas de peligro en centros de acogida estatales y en casas de familiares.

El funcionario aseguró que las líneas y circuitos eléctricos afectados fueron restablecidos al 100 % en los siete días hasta el martes, aunque todavía quedan pendientes de reponer ocho postes y 20 transformadores.

Ian, cuyo centro atravesó de sur a norte la provincia de Pinar del Río, asestó un golpe al sistema eléctrico nacional, provocando un apagón general en todo el país. Tras varios días sin el servicio, multitudes de cubanos se lanzaron a las calles a protestar.

Los manifestantes realizaron toques de cazuelas, bloqueos de avenidas al tráfico y sentadas de forma pacífica, que fueron reprimidas por las autoridades violentamente en varios casos. La mayoría de las protestas acontecieron en La Habana.

Durante el programa televisivo Mesa Redonda, García Zapata atribuyó el déficit energético sostenido al impacto del ciclón. “Eso es culpa de la naturaleza, eventos de este tipo que pasan permanentemente por nuestro país. Nos tocó ahora a nosotros y tenemos que enfrentarlo”, expuso.

Asimismo, dijo que las protestas no ayudaban a resolver los problemas, sino a agudizarlos, pues desvirtúan el trabajo de los dirigentes del gobierno y el Partido Comunista de Cuba (PCC). El funcionario comentó que el restablecimiento del servicio no fue consecuencia de las manifestaciones, sino una coincidencia.

“No fue porque hubo intención de poner la corriente por los reclamos. Aquí nosotros no vamos a admitir en ningún momento que, por una presión de este tipo, podemos violar lo que está establecido”, aseveró.

Momentos antes, García Zapata amenazó con aplicar sanciones a las personas que se lanzaron a las calles para protestar ante la difícil situación. “Es imperdonable que estos reclamos se realicen cometiendo indisciplinas sociales y desorden público”, dijo.

“Poniendo barricadas en la vía pública; contenedores que después le van a prestar servicio a ellos y que los están destruyendo; utilizando los niños como barrera, eso es un delito que se analizará en su momento con todas las madres que cogieron a sus hijos y los utilizaron de barrera para contener la vialidad”, agregó.

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