Asad Barata Ramón se llama este cubano que escapó de Cuba y Ucrania y emprendió una travesía por Nicaragua hasta llegar a Estados Unidos, país al que pidió asilo político.

Este fin de semana, el migrante cruzó el Río Bravo y se entregó a las autoridades norteamericanas que horas más tarde lo liberaron con un paroled temporal.

Barata Ramón comentó al periodista cubano Yusnaby Pérez que huyó de Cuba hacia Ucrania con su esposa ucraniana, en ese país se establecieron por más de un año, pero tras iniciar el conflicto con Rusia se vio en la necesidad de escapar.

El migrante voló más de 5,200 millas para llegar a Nicaragua, país que estableció el libre visado para los ciudadanos cubanos. Cruzando fronteras de manera irregular y desafiando al Río Bravo, arribó después a Eagle Pass, en Texas.

“La principal alegría es que salí de Cuba. Cuba es peor que Ucrania. Dicen que todo está bien y que no hay guerra, pero no hay comida. Hay represión. Te sientes preso, no te dejan hablar”, comentó Barata Ramón.

Este cubano jamás ha pensado en regresar a Cuba, sabe que el país vive bajo un régimen que oprime a su pueblo. “De momento te tiras y por un solo cartel te echan hasta 15 años”, señaló. Vivir en Cuba “es imposible”, refirió.

“Nunca me imaginé que aparte que lo que uno vive en Cuba tenga que vivir una guerra. Todo el mundo no tiene esa experiencia. Te ves entre la vida y la muerte”, sentenció el inmigrante.

Este fin de semana, el reportero cubano ha estado en la frontera documentando el cruce de personas y ha vivido de cerca el éxodo de los cubanos.

En su estancia en el lugar conoció a Marta, una anciana cubana de 82 años que cruzó el Río Bravo junto a su nieto Andris y tuvo la oportunidad de conocer, de primera mano, las razones que empujaron a la octogenaria a escapar de Cuba.

“A mí me quitaron hasta la chequera, me dejaron sin nada”, dijo Marta sobre su vida en Cuba, al tiempo que precisó que “la realidad es la política … bueno, nosotros allá no tenemos libertad para expresar lo que sentimos”.

La mujer explica que la travesía no fue fácil. Ella y su nieto salieron de Cuba hacia Nicaragua y se enfrentaron a complejas situaciones, no obstante, consiguieron llegar a Estados Unidos.

“Tuvimos muchas dificultades, pero al fin llegamos”, asegura. “Cuando me encontraron yo pensaba que me iba a morir, me dieron agua, me pusieron agua, yo los busqué y los llamé”, argumenta la anciana cubana que emprendió un viaje para llegar a suelo norteamericano desde Cuba por Nicaragua.

Asad, Marta y Andris se unen a un éxodo masivo de cubanos que registra cifras récord al punto que desde el inicio del año fiscal, en octubre de 2021, casi 115 000 cubanos ingresaron a territorio estadounidense, según datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) publicados el miércoles de la semana anterior.

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