La tienda Fin de Siglo, que en otra época fuera de los establecimientos más conocidos de La Habana, no escapa de la destrucción y el abandono que sufre la capital cubana a manos del régimen comunista.
Mientras el gobierno concentra sus esfuerzos en rescatar la escuálida industria turística, construyendo hoteles con la mayor brevedad posible, muchas de las construcciones emblemáticas de la ciudad sucumben por la desidia.
Tal es el panorama que enfrenta el inmueble de Fin de Siglo, en la esquina de la calle San Rafael y la céntrica avenida de Galiano, según describe un reporte este lunes de la revista independiente 14yMedio, donde se denuncia el mal estado de la construcción.
La otrora tienda está rodeada de vallas en la fachada que impiden apreciar los detalles del abandono y la destrucción. “Esto lleva años así y se ha convertido en un basurero”, dijo una vecina del local. “Un día vinieron y pusieron estas chapas de metal. Lo primero que pensamos es que iban a reparar el edificio, pero nada de eso. Lo han dejado caer, con tantas familias que se han quedado sin casa en esta zona”, lamentó.
Según describe el medio, “los vecinos de la zona lanzan sus bolsas llenas de desperdicios en el espacio entre la valla y donde una vez estuvieron los escaparates. Los aleros de las esquinas han perdido pedazos y el nombre de los almacenes, hecho de metal y con una sugerente caligrafía cursiva, apenas se distingue entre la mugre y el óxido de las paredes”.
En los años 90, el Estado conservó la tienda como un centro de ventas para que las parejas de futuros recién casados pudieran adquirir productos que habían desaparecido del resto de los comercios, aunque las ventas eran mercancía de mala calidad y dudosa utilidad, señala la revista.
“Cuando me casé, mi esposa y yo nos pasamos días en la cola para entrar y solo alcanzamos un tanque plástico para guardar gasolina y un embudo, pero ni ella ni yo teníamos carro”, plantea otro entrevistado. “Cuando entré a Fin de Siglo aquella vez me impactó la oscuridad y la peste a humedad. Nada que ver con la tienda que conocí cuando niño”, reconoció.
También denunció “el mal olor que sale del edificio unido al de la basura que no recogen durante semanas”. El origen de la tienda data de 1897, año en que cuatro españoles crearon varios almacenes. En la década de los 50, el edificio fue renovado para contar con aire acondicionado en todas sus plantas, escaleras eléctricas y amplias vidrieras próximas a las aceras.
Su popularidad competía con otros centros comerciales de la zona como los Almacenes Ultra, Sears, La Época y El Encanto. Después de acoger grupo de trabajadores por cuenta propia dedicados a la elaboración y venta de artículos artesanales, Fin de Siglo cerró por completo, aproximadamente en 2018.
De acuerdo con un reporte de Diario de Cuba, una de las artesanas que trabajó en el inmueble, dijo que la corporación estatal Cimex había solicitado el local de Fin de Siglo para establecer allí un nuevo centro comercial. Desde entonces, el centro comercial ha servido para concentrar heces fecales, basura y suciedad.
La esperanza de que resurja como tienda, de momento, parece poco probable, en tiempos donde el gobierno incluso ha ordenado el cierre de múltiples establecimientos ante la escasez generalizada.