Celia Martínez Gonzáles, la abuela del atacante de la escuela primaria Robb en Uvalde, Texas, podría no volver a hablar.
Según familiares de la anciana, de 66 años, Salvador Ramos le disparó a la mujer en la boca.
“La bala entró en la mandíbula de Sally justo al lado de su boca y le destrozó todos los dientes”, dijo a NY Post Jason Ybarra, primo segundo de Celia Martínez, conocida como Sally.
“Si la bala hubiera estado una pulgada en otra dirección, le habría volado la cabeza”, agregó.
Martínez González fue la primera persona a la que atacó Ramos después de una discusión. El adolescente, de 18 años, huyó en el carro de la familia, lo estrelló contra una cerca y entró a la escuela primaria.
Durante casi una hora estuvo atrincherado en un aula de cuarto grado del centro escolar, donde asesinó a 19 niños y a las dos profesoras de la clase.
La mujer ha sido sometida a varias cirugías aunque aún le quedan varias. La última fue el domingo 29 de mayo. Su nieta, Shelby Celeste Salazar, explicó al citado medio que se encuentra estable.
Rolando Reyes, de 74 años, y abuelo del asesino comentó por su parte que su esposa tiene un cuaderno donde escribe lo que quiere decir, "pero cuando no podemos entenderlo, se frustra”.
Ramos se había estado quedando en casa de sus abuelos durante los últimos dos o tres meses. Había dejado la escuela y su trabajo en un Wendy's de la comunidad.
El joven compró dos rifles de asalto pocos días despúes de cumplir 18 años a un “vendedor local de armas de fuego con licencia federal”, según un informe entregado al senador de Texas John Whitmire, dado a conocer por ABC.
El 18 de mayo, el sospechoso compró 375 rondas de municiones 5.56, según el informe.
Santos Valdez Jr., un joven de 18 años que solía jugar videojuegos y basquetbol con Ramos, le dijo a The Washington Post, que el joven "se cortaba la cara con cuchillos una y otra vez”.
Según cuenta, cuando le preguntaba por qué lo hacía el adolescente le contestaba que por diversión.
Stephen García, amigo de Ramos cuando cursaban el octavo grado, explicó que el atacante había sido víctima de bullying “por parte de mucha gente”. Lo describió como una persona muy tímida hasta que un día decidió postear en Instagram una foto usando delineador de ojos color negro, lo que provocó comentarios ofensivos hacia su persona.
Varios medios estadounidenses dijeron, luego de entrevistar a personas cercanas al tirador, que Ramos había sido víctima del bullying cuando era niño porque tenía dificultades en el habla y por la complicada situación financiera de su familia.
Durante la secundaria, también sufrió acoso escolar porque tartamudeaba y ceceaba al hablar, según han comentado varios amigos y familiares. Además, solía faltar a clases durante largos periodos de tiempo, por lo que no iba a graduarse este año.
Tres días antes de la masacre en la Escuela Primaria Robb, el adolescente había publicado una foto de sus dos rifles estilo AR15 en las historias de Instagram.